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Víctor Gutiérrez: “Si existen vacíos legales en la regulacion del cannabis, es por culpa del Congreso”

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Por Soledad Imbach
Integrante de RESET-Política de Drogas y Derechos Humanos

Víctor Gutiérrez es el Director del Área de Litigio Estratégico de México Unido Contra la Delincuencia. En diálogo con RESET, Gutierrez detalla el proceso dilatorio que se produjo en el debate legislativo sobre la Regulación del Cannabis, menciona las propuestas necesarias para un proceso regulatorio con justicia social, analiza el sistema de umbrales desarrollado en México y señala las dificultades y desafíos que produce la diversificación criminal a las políticas de drogas del país.

También realiza un balance crítico del gobierno de López Obrador, sobre las continuidades de las gestiones anteriores y la decepción que generó la apertura al diálogo que permitiera reformas progresistas en la materia.

¿Qué opinión te amerita la espera y dilación en el Congreso para regular el cannabis a pesar de los mandatos de la Suprema Corte?

La opinión que me amerita: es una vergüenza total, se tomaron años, organizando foros, llamando a personas expertas, tomando opinión de pacientes, médicos, especialistas de la salud, activistas, personas consumidoras, personas que se dedican a la re-adaptación social; y todo… para nada, me parece un acto totalmente irresponsable que hayan solicitado en tres ocasiones prórrogas para poder emitir una regulación, para modificar las leyes que nunca hicieron y si el día de hoy existen vacíos legales debido a la inconstitucionalidad que decretó la Suprema Corte, es por culpa del congreso, por no haber hecho su trabajo y nos falló a todxs lxs mexicanxs.

Últimamente se observa una presión importante de intereses económicos empresariales para regular el cannabis en distintos países. ¿Cómo se desarrolla el debate en México a fin de que la regulación se base en principios de justicia social y reparación de comunidades afectadas, más allá de los intereses del sector empresarial? ¿Qué mensaje podrías brindarle a aquellxs militantes por los derechos humanos en materia de drogas que se observan actualmente utilizados en cierta forma como lobbistas para destrabar un negocio?

El debate en México se desarrolla desde mi perspectiva personal, entre muchísimos intereses, han presentado voz y se nota en los proyectos de regulación que se encuentran siendo discutidos, que están presentes distintos sectores, desde las empresas, hasta personas activistas víctimas de la guerra contra el narcotráfico que es un fenómeno súper característico de México e incluso aunque ya tenemos una regulación sobre uso medicinal de cannabis, siguen presentes los reclamos, la regulación ha sido insuficiente y queremxs que sean incluidos también los proyectos, que se discutan y se aprueben; pero cuando hablamos de justicia social y reparación de comunidades afectadas quienes levantan la voz han sido las asociaciones civiles, las personas actoras de la sociedad civil somos quienes hemos puesto el dedo en el renglón.

Queremos una regulación del cannabis legal con justicia social, es nuestro lema y propusimos una serie –que en algún momento fueron incluidas y después fueron borradas– de características que podrían asegurar esto: un determinado porcentaje de licencias para las comunidades afectadas y para grupos vulnerables; también incluimos facilidades como la habilitación de una ventanilla dentro de estas instituciones –que son las encargadas de dar licencias–, para que quienes no pueden cumplir los requisitos y pertenezcan a estas comunidades vulnerables puedan recibir un trato diferenciado y que les permita participar de estas actividades.

Por supuesto que se ven reflejados los intereses del sector empresarial de hecho en una de las ultimas discusiones que hubo de último minuto se eliminó la prohibición de integración vertical y por supuesto que sabemos que es obra totalmente del sector empresarial, quien realizo esta modificación final, pero bueno .. Los intereses siguen luchando aún no existe ese equilibrio entre ellos, no se ha neutralizado y no se ha alcanzado consenso.

Legislaciones vigentes en el país establecen el sistema de umbrales destinados a la despenalización de la posesión de sustancias ¿Cuáles han sido los resultados de dicho sistema y cuál es el debate en el contexto actual para modificar sus efectos más negativos?

Es bastante complejo, en México el sistema de umbrales no despenaliza la posesión de las sustancias, divide facultades, a grandes cantidades lo va a perseguir la federación, en pequeñas cantidades pueden perseguir los estados, con la salvedad de que la federación siempre puede decir: “vengase pa’ ca’, quiero estudiar este caso sin importar las cantidades”. Siempre existen esas facultades de investigación y de atracción.

Lo que hace el sistema de umbrales es para determinadas cantidades no se ejerce la acción penal, por ejemplo el umbral de cannabis son 5 gramos, menos de 5 gramos en posesión no te meten a la cárcel pero si pueden llevarte ante las autoridades. De hecho, está en la ley un registro en el que si se te presentan en tres ocasiones te obligan a tomar un tratamiento, que no sabemos qué significa, no sabemos si te van a llevar a una charla o si te van a internar en un centro de rehabilitación durante un mes. Entonces si, sigue siendo delito la posesión sin importar el sistema de umbrales; los umbrales que se han implementado son tan pequeños, que sigue favoreciendo la criminalización de las personas usuaria. Por ejemplo, en el caso del cannabis se volvió un incentivo perverso: si tenías en tu posesión menos de 5 gramos la policía podía completar con un poquito más para poder presentarte y extorsionarte.

Nuestra idea siempre va a ser apostar por la eliminación de este delito, creemos que es desproporcionado, creemos que no cumple con las características básicas para ser criminalizado y sancionado con cárcel y vamos a seguir apostando porque la posesión simple nunca sea un delito –sin importar las cantidades y las circunstancias en las que se lleva a cabo.

Considerando la diversificación de la producción ilegal de sustancias por las redes ilegales en México, ¿consideras que la regulación del cannabis va a ser lo suficientemente relevante para disminuir los índices de violencia en el país? ¿Qué otras medidas deberían sucederle a dicha iniciativa?

Si, si consideramos que la regulación del cannabis es lo suficientemente relevante para reducir los índices de violencia en el país, es nuestra apuesta, aunque nuestra apuesta a largo plazo es la regulación de todas las sustancias, porque México sigue siendo solo un país de paso hacia Estados Unidos, no tenemos problemas de salud pública relacionados al consumo (en algunos estados si, muy focalizados y con sustancias determinadas); cuando lo vemos en el gran escenario, la cantidad de personas que hay en México y el territorio que abarca es algo que puede ser controlado y puede ser atendido por otras políticas que no comprendan cárcel .

Si creemos que la regulación del cannabis va a disminuir los índices de violencia, es nuestra apuesta principal; México tiene crisis de violencia y muchas más personas mueren en crímenes violentos que las que son afectadas por el consumo de sustancias; entonces ahí está la apuesta de que México no va tras la delincuencia.

Otra medida que deberíamos sucederle a esta iniciativa –que es el punto más delicado que está viviendo nuestro país en este momento– es la militarización de la seguridad pública, entonces debemos entender, existen los datos –después de más de doce años– de que el ejército está realizando labores de seguridad en la calles y existen los datos que revelan que la simple presencia del ejército elevan los índices de violencia y los enfrentamientos, eleva los homicidios y las muertes. Es un debate que se tiene que dar en México –paralelo a la regulación de las sustancias–: la militarización de la seguridad pública; también tenemos que apostar a la inteligencia para combatir el crimen organizado, y no el ataque frontal y directo a través de las armas.

Existen estudios suficientes para determinar que el caso de que los carteles tradicionales comenzaron a recibir ataques frontales por parte del gobierno y tuvieron que crear sus células armadas. Entonces es difícil, se van fragmentando y como la Hidra tienen más cabezas; estas cabezas se arman y combaten contra las fuerzas de seguridad y todo esto solo crea más violencia; es un círculo vicioso que tenemos que atacar. Es importante también hablar de este tema de la militarización de la seguridad pública, porque el discurso principal siempre es el narcotráfico; y si estamos en un esquema en el que hay un mercado regulado se obliga al gobierno replantear el discurso y a enfocarlo en actividades que no perjudiquen al país.

¿Qué opinión te amerita la gestión de AMLO en materia de drogas en comparación a sus predecesores?

La opinión de AMLO en materia de drogas… Pues iniciamos con muchísima emoción y está plasmado en documentos oficiales del gobierno que se iba a buscar la regulación de todas las sustancias y nos ha decepcionado, no solo no ha cumplido las promesas de regulación y de campañas de difusión de información basadas en nexos científicos. Todo eso ha quedado pendiente, olvidado y abandonado; al punto que ya existe declaraciones que dan en estas conferencias matutinas donde se han mostrado abiertamente en contra del consumo de sustancias, e incluso ha llegado a predicar las decisiones de la Suprema Corte de Justicia en ese sentido… y bueno, los gobiernos pasados, hablando particularmente de el de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón tenían al ejercito realizando labores de seguridad de manera aislada; no se había formalizado su participación.

Lo que nos preocupa es que con la creación de la Guardia Nacional se desaparece la policía federal y se llena esta nueva institución de puros elementos militares; además, se le entrega la fuerza operativa de la Guardia Nacional a la Secretaria de la Defensa Nacional –que es nuestra milicia– y, por último, se dio la noticia de que quieren reformar la Constitución para que esto ya sea permanente. La gestión de AMLO no solo no ha cumplido con ese panorama progresivo de apertura, discusión y diálogo y de formulación de propuestas (particularmente la regulación), sino que ha sobre-militarizado el país y eso pues nos preocupa muchísimo.

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