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Desde RESET – Política de Drogas y Derechos Humanos presentamos la serie de videos en el marco de la campaña por los 10 años del fallo de la Corte Suprema de Justicia.
Las temáticas tratadas son: depenalización, regulación de las drogas, reducción de daños, salud mental, drogas y género, uso terapéutico del cannabis, narcocriminalidad, drogas y niñez, drogas y educación y medios de comunicación.
Los mismos cuentan con la conducción de Tomás Fonzi y el apoyo del Servicio Publico Provincial de Defensa Penal de Santa Fe.
La realización fue por cuenta de Alejo Araujo, Malena Bystrowicz y Luis Small.
A continuación presentamos el guión y video correspondiente a “Drogas y Género”.
Drogas y Género
En los últimos años creció exponencialmente la tasa de encarcelamiento de mujeres. Según el Instituto de Investigación Criminal de Londres, en América Latina se registra un crecimiento del 53,8% de la población carcelaria femenina entre el año 2000 y 2017, respecto de un 19,6 en varones.
Esto se debe particularmente al despliegue ofensivo del aparato judicial y las fuerzas represivas para perseguir y “prevenir” los supuestos delitos de drogas. El resultado es la criminalización de las economías ilegales y una guerra montada contra las mujeres y el colectivo de mujeres trans y travestis.
Las mujeres encarceladas por delitos vinculados al tráfico y comercialización de drogas en América Latina promedian los 33 años de edad, no tienen antecedentes penales, mayoritariamente son pobres, migrantes y muchas de ellas madres solteras y jefas de hogar.
Los delitos de drogas son la primera causa de detención de mujeres en Argentina y la tercera en varones. Con un aumento sostenido de la prisión preventiva. Según la Procuración Penitenciaria de la Nación, el 85% de la población de mujeres trans y travestis detenidas en cárceles federales se encuentra procesada, el 61% es migrante y el 68% está detenida por microtráfico de drogas. En la provincia de Buenos Aires, el porcentaje de la población trans y travesti detenida por microtráfico asciende al 96%.
Las violaciones a los derechos humanos y la situación de desigualdad estructural que atraviesan las mujeres trans y travestis, se profundizan una vez que son detenidas en el sistema penitenciario. Durante el año 2017, tres mujeres trans murieron en la Unidad N° 32 de Florencio Varela por los obstáculos y la falta de atención a los problemas de salud que estaban atravesando.
Hay que tener cuenta la feminización de la pobreza, los obstáculos para acceder al mercado de trabajo formal y la participación en economías informales como formas de supervivencia.
Las leyes no distinguen entre los diversos niveles de participación en el tráfico de drogas, estableciendo sentencias de cumplimiento efectivo e incluyendo a aquellas que cometen delitos no violentos y de pocas cantidades.
Esto denota la ineficacia general de las políticas actuales de persecución de los delitos de drogas, dado que están focalizadas en los eslabones más bajos, reemplazables y vulnerables de la cadena.
Las mujeres, mujeres trans y travestis, son vulnerables tanto al crimen organizado, que las utiliza como mano de obra esclava, y ante el poder punitivo que las selecciona para encarcelar. Se simula dar lucha contra grandes, medianos y pequeños “narcos”, indistintamente, cuando la realidad se desnuda fácilmente al ver quiénes hacinan las unidades penitenciarias federales y provinciales.
En 2010, la psicóloga brasileña Claudia Stella hizo un análisis en el que demuestra que cuando el padre está preso, la mayoría de los niños y las niñas continúan siendo cuidados por sus madres; sin embargo, cuando se trata de un encarcelamiento materno, apenas el 10 por ciento queda a cargo de sus padres.
Es momento de repensar los problemas y proponer alternativas generando políticas de drogas respetuosas de los derechos humanos con enfoque de género para su abordaje, garantizando la inclusión de la población afectada.
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